Me dí de alta en el Faise buck para experimentar eso que dicen son las comunidades virtuales. Las redes sociales. Mi objeto de estudio era conocer los nuevos códigos comunicativos. Las dinámicas de estas aldeas cibernéticas.
Al principio fue divertido y extraño. Encontré familiares, ex compañeros de trabajo y varios amigos de la universidad, todos ellos rodeados de grupos, páginas, y cientos de amigos en sus espacios personales.
Me preguntaba: ¿Cómo le hicieron para conocer tantan gente? ¿Cuándo cambió el mundo que ya no necesita las relaciones interpersonales face to face? ¿dónde estuve yo todo este tiempo?
Me inscribí desde el año pasado. Nunca subí nada, no me adherí a nadie. Tan sólo entraba de vez en cuando -para sesinar el tiempo- y constatar que no había concepto de privacidad. Por lo que veía, todo mundo se enteraba de lo que hacías y con quien.
Son muchos los motivos por los que nunca me animé a reclutarme en el Face book (la publicidad, los dueños, el exhibicionísmo consentido, lo frío del formato ).
Fue hasta Enero de este año. Venía saliendo de una crisis personal, una lección de vida. Recorde que los paradigmas son para eso: quebrarlos, reconstruírlos, generar otros. Me tomé una foto en el trabajo, la retoqué a mi gusto con un programita chafa y la subí.
Irma me dijo que a través de este medio podíamos estar más cerca de la qente que conocemos, que lo probase.
Y aquí estoy. Rodeado de gente que selecciono, que siento me puede aportar.
El sistema de este conglomerado te vincula con la primera persona que te conoce y te enlaza con los contactos que tiene éste primer amigo y así se va sugiriéndote más y más personas y tu las agregas (o ellos a tí). La mayoría de las páginas a las que te sumas son apócrifas (pero eso no importa, lo debes descubrir por tí mismo). Eso sí, mientras más amigos y páginas tengas, más status y puntos te ofrece el feis.
En el fondo no puedo valorar si el Face book es bueno o malo, todo depende del uso que le des. De la información que necesites conocer. De la capacidad real que tienes para relacionarte en directo. Porque no puedes escapar a la realidad desde un sistema en el que todo lo tienes bajo control.
Porque también ocurre que los hijos mirones de éste gran mounstro vouyerista se les permite acceder a tu esfera íntima, a tus estados de ánimo, a tu ser creativo, al individuo que te conviertes al pagar dinero por mantener una granja mental -ajena al mundo- en el que el único producto perecedero es el tiempo.
Hasta el día de hoy existen algunas personas que me ha fascinado conocer por éste medio.
Irma, mi querida y legendaria amiga -ex compañera universitaria- que siempre me exhorta a reflexionar, a buscar las respuestas partiendo de la circunferencia hacía el centro
Olga, española ella, alma gemela que camina. Compañera y maestra en el amoroso arte del dar, del trascender.
Mónica o Doctora Conflictiva, quien canta y escribe delicioso, me mostrará la mítica Tijuana que yo sé existe en algún lugar.
Eso es hasta ahora.
El Otoño en Pekin:Viernes, sábado y domingo en el Camino Real. Maratón Estados financieros y planes anuales de trabajo.
Pd.1. Para vos. En efecto. La vida no es un libro, es la suma de todos los libros, de todas tus experiencias vivenciales, es comenzar a tener conciencia de la muerte. Es lo que dejas de hacer mientras planeas el futuro.
Pd.2 Me molesta -un poco- tanta mercadotecnia vendiendo lo que no se puede comprar. Lo que no se demuestra con objetos y servicios de consumo. Lo olvidé, no debo intrometerme en donde no me llaman.
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