viernes, julio 26, 2013

Un Viernes

Fue un viernes como hoy.
Salí corriendo.
Volví a sentir  la adrenalina de viajar
a lo desconocido.
El trayecto  fue más bien corto porque
las palabras tienden  puentes y
cuando eso pasa el tiempo se evapora.
Instalamos las casas de campaña
al pie del monte Moriha.
El eterno infinito
me  regresó al principio del camino,
a recuperar el modelo original.
Reconocí mi  rostro en el de los hombres
de las fogatas.
Sus historias  y la mía tienen el mismo común denominador:
Peleadores a la contra
Obreros de la undécima.
Até y desaté:
Tiraste a matar  y no pudiste.
Soy un hijo de la Sangre.  


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