De AP
¨Hoy te soñaba otra vez. Ibas conmigo por un extraño mercado que a veces era un edificio de departamentos. Yo extendía la mano a los vendedores-vecinos como si fuera un político, aunque sabía que lo más importante eras tú y quería presumirte. Y de repente sentí un disparo en la nuca: te dejé ir cuando me apretabas la mano. Quise jalar aire y tirarme al piso, y en cambio corrí. Gritaba tu nombre hasta que supe que no tenías nombre: me salían piedras de la boca. No sabría decir si tú me dejaste o yo a ti. Lo asumí como un doloroso malentendido. No tenías rostro ni nombre pero cabías en el hueco de mi mano. Eso recuerdo. Así te soñaba hoy, hace unos instantes. Así te sueño de vez en cuando.En un momento de mi sueño (en un espasmo del Alzheimer, será) no te buscaba siquiera. Así debe sentir alguien que se queda mudo, dije. Así sienten, estoy casi seguro, los que caminan con rumbo a la ceguera. Así siento si te sueño, como-te-llames: norte o sur, rabieta, calabacín morado, marimba sin dientes, cabello rojo o negro o gis; piel albina o de chocolate; raíz de ginseng con piernas largas y dedos de hilo que saludan la vida.Ya no recuerdo si te inventé, si alguna vez estuviste o si eres un suspiro de la madrugada. Hoy que te soñé eras viva, y tu piel era la piel de un pescado que se escabulle; eso tampoco me da noticias de ti, ni me dice qué eres. Lo escribo porque alguien me lo ha recomendado. Piensan que así te borrarás de los sueños, aunque yo no sé si eso es realmente lo que quiero. Escribo con prisa porque en cada punto y en cada coma te me borras algo, y no me causa gracia tener más vivo el recuerdo de un dolor de muelas a los seis años, que a ti.Terrible angustia, volver a la computadora a las tres de la mañana con el corazón temblando y sin saber por qué, para qué. Vivo en vela. Dormía cinco horas y luego cuatro, y de tres he pasado a una. Tengo ánimos para comerme el mundo. Tengo fuerza para hacerme bolita como un moco y lanzarme lejos. Tengo suficiente energía como para doblar rieles o arrancar el marco de la puerta del departamento en el que vivo. Quiero decir que no padezco cuando me mantengo tanto tiempo despierto. Sufro porque no sueño: el sueño es la única ventana que me permite acariciar la posibilidad de encontrarte para no dejarte ir, como nos sucedió ayer.Hace varias tardes que mi cabeza cayó sobre mis hombros, como una tortuga que esconde la cabeza en el caparazón. Lo observé desde mi propia cabeza. Ronqué por un segundo. Estaba en el trabajo. Si no fuera porque había gente a los lados, me habría puesto cómodo para esperar y ver cómo llegas en un sueño. Habría intentado descubrir misterios que me urge descubrir. Te habría agarrado fuerte de la mano para que no me dejaras o para no irme. Habría arrancado el cable de la televisión para amarrarme a ti. Te habría abrazado para fundirme contigo, para ser tu piel y tu cabello, o los huesos que no conozco y que veo entre sueños y se van, se esfuman, se diluyen como la luz entre los árboles del Parque México.Esta madrugada velo otra vez. Y porque velo, no vienes entre sueños. Quiero dormir para que vuelvas, toques discretamente la ventana y pidas asilo al hueco de mi mano. Quiero atraparte un dedo, un cabello, la punta de la lengua. Quiero retener tu nombre: esta vez no pienso dejarte ir." .
1 comentario:
- Hay noches que te sueño- son pocas he de confesarlo, pero no por olvido o porque no lo desee, es simplemente porque a si lo quiso Dios, pero cuando te pone en mis sueños es como la caja de chocolates que que no me atrevo a terminar, casi no te veo, pero se que eres tu o así lo deseo, ni volteo para que tu no desaparezcas del sueño porque siempre es así, ahora se que estos sueños son un remanso para mi alma en noches de impaciencia.
Ahora déjame ir te lo suplico, mi corazón va a sufrir un colapso, la emoción es tal que parezco una niña de 16, a esa edad te conocí, mi primer amor, mi primer dolor, después todo lo demás y ahora mi primer nostalgia de amor.
t2
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