martes, abril 28, 2009

Porque sueño....


A ti,
la Dama,
la audaz melancolia que con grito solitario
hiendes mis carnes ofreciendolas al tedio,
tú que atormentas mis noches
cuando no sé qué camino de mi vida tomar,
te he pagado cien veces mi deuda.
De las brasas del ensueño sólo me quedan
las cenizas de una sombra de la mentira
que tu misma me habías obligado a oir.
Y la blanca plenitud no era como el viejo interludio,
y sí una morena de finos tobillos que me clavó la pena
de un pecho punzante en el que creí,
y que no me dejó más que el remordimiento
de haber visto nacer la luz sobre mi soledad.

E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras,
en el valle de los avasallados.


Fragmento de L'avalé des avales de Réjean Ducharme


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