sábado, agosto 21, 2010

Agradecido

Nací de nuevo. Tan sólo me llevé un golpe en la mano.  Cuando me estaba bañando  me descubrí  dos  más: uno en el pecho, otro en el antebrazo derecho, ambos  fueron  generados con la bolsa de aire. El Mazda 626  gris  quedó hecho una mierda.

Aprendí una gran lección.  Cero juegos.  Nada de vinitos de sobremesa.  Te reprondré el auto.  Le agradezco al enorme infinito  que hayas estado conmigo justo ahí  -en esos momentos-  por  contestar el teléfono, por  enviar  ayuda,   por abrazarme   en silencio,   por  curar mis heridas  con esa sabiduría milenaria de mujer, por dejarme   quedar  en tu casa  el fin de semana.