sábado, mayo 11, 2013

T2

Recuerdo este epígrafe: "sólo quiero que me leas, como quiero que me leas".  Es increíble  saber de ti.  Yo hice lo mío, entre otras cosas, conocí gente, caminé por el  mundo, lógico:  acerté y fallé,  descendí cual Virgilio y  ascendí rompiendo el círculo de fuego.  Tuve que soltarte a  petición expresa, a José Alfredo y a tí les falló el tequila y una rienda de mala calidad metafórica: nunca te comparé.
Lo mío contigo -que no lo mismo a lo tuyo conmigo- fue amor puro, diamante en bruto, delicado, loco, inocente, sin asideros, febril, generoso, suicida; si,  de ese  tipo  de amor que siempre permanecerá   porque no pudo ser, porque  uno de los dos decidió quedarse en el camino para la realización del otro.  Amor que formó,  que preparó para  lo que vendría. Sentimiento que "avasalló  como un ciclón"  y que hoy me me mantiene en  el centro de mi mismo, lúcido, estoico.  Recuerdo  de besos sabor diente y  ropa húmeda,  espiral  de emociones inacabadas que hubieron de quedarse donde nadie supiera. Nostalgia, sentimiento que me guiña el ojo  y se acomoda, al  lado mío -antes de dormir-  susurrándome al oído: solo quiero que me sientas, como quiero que me sientas. 

Botella con mensaje mar adentro hacía el pasado. Espero.