Vamos a jugar un partido. Norte vs Sur. En un par de horas, sabremos el resultado. Es la demostración personal de que mis espectativas futboleras las deposito sólo en mi.
Mi satisfación, felicidad y gozo, dependen de mi, de nadie más. Por mi la selección mexicana puede embutirse todos los sandwichitos que quiera, llenarse los bolsillos de dolares y euros; viajar hasta el continente del hermano Afra y jugar aceptablemte o de la chingada. Aclaro: ellos no son yo, ellos no juegan por mi, ni yo por ellos. Yo soy el amo de mi mismo.