lunes, junio 08, 2009

Esta suma debería ser igual a cero


Otra vez aquí, esperando.

Camino de la computadora a la tienda y me revuelco en el sillón en el que leo. Acaricio a los perros y los saco a pasear si me miran a los ojos. La sandía en el vaso de agua fresca me sonríe y dejo que me seduzca. En el departamento de arriba tienen fiesta desde que inició la epidemia de influenza. Me fumo un cigarro.

Ya le di dos vueltas a los periódicos. Ya vi que en la tele anunciaron tres refritos, cuatro churros y el noticiero, que es como todo lo anterior pero más decepcionante. El libro que abrí es el mismo de ayer, páginas antes. Apagué el celular pero no pude resistir: volví a encenderlo.
No creo que llamen, que me lancen piedritas en el vidrio o que me visiten sin avisar. Pero lo espero. La lata de la Coca de dieta que me tomé ayer me observa desde hace rato dar vueltas en la silla, y sin hacer un gesto se lamenta más que yo por esta penumbra. Escribo una palabra y me pongo alegre porque tengo con quien platicar. Las palabras tienen forma de mujer, no importa si empiezan con te, con eme, con zeta o con erre. Imprimo esa palabra al centro de una página en blanco para escuchar un ruido diferente al mío, que mis dos cachorros saben cuándo estar callados. Me alegro también porque un cerillo nuevo se enciende con la punta roja de mi cigarro. Deposito cerillos en el cenicero como sin darme cuenta para que suceda. Y sucede. Y lo aprecio.

El amor tendría que sumar menos de dos. El amor debería ser cualquier cosa, menos la espera. El amor es todo lo que hace daño.

Escojo fruta y se pudre mientras pienso en ti. Tengo en el refri sólo pan, salchichas y mostaza porque pienso en ti. Voy a mi oficina porque pienso en ti y si ya no quiero estar allí, también. Porque te pienso me despierto en la mañana y me visto; me arreglo la barba y respiro; tomo un taxi o mi auto y observo por la ventana porque estarás por allí si estos lentes de fondo de botella no me fallan. Esperas el metro; eres la chica que toma el teléfono público y la que me hará sonar el celular. Llegas en cada correo electrónico, eres el único spam que aprecio y la primera foto que se carga en internet.

Vuelvo a casa porque pienso en ti. Pido una pizza y quiebro unas nueces porque pienso en ti. Pongo palomitas en el microondas porque tu nombre suena en la matraca de maíces reventando. Cierro la puerta despacio para no despertarte porque habrás llegado cuando no estoy. Pero no. No llegaste. Miento: tampoco lo espero.Entonces pienso en ti y agarro fuerzas otra vez para volver al sillón en el que leo, a la computadora, a la tienda, a la tele que es boba, al mismo libro de ayer, a los periódicos, a mi vida que es una rutina porque le da método a la espera.

La suma del amor debería ser igual a cero, pero no lo es.

No me llames. No vengas. No pienses, como lo hago yo. No vivas, no respires, no me invoques. No sientas, no sufras, no rías. Quédate quieta: deja que se nos haga tarde este día (como ayer y antier y los días previos). Deja que pase una semana, dos. Y luego los meses. Que se vayan los años.La suma de los recuerdos debería ser igual al olvido. Pero no.


AP

miércoles, junio 03, 2009

UNAM


Es mas que un equipo de futbol, que un salon de clases, que una estadistica que la coloca dentro de las primeras 40 universidades del orbe, la UNAM es territorio libre donde el conocimiento permea en el aire inundandolo todo, es de y para los mexicanos, para cualquier ciudadano del mundo, ser de la UNAM es mantener una actitud crítica, humanista, constructiva ante la vida, la UNAM fue y sigue siendo mi casa, la UNAM lo es todo...

PUM...PUM...PUM...PUMAS


Once hombres como fieras, corriendo, dejando el alma en los tachones, sudando el azul y oro en el corazón... Gracias onceava Puma, su satisfacción es la mía...