El papel mojado se secó.
De quedarse a la intemperie
terminó un poco dañado,sí, pero útil,
lo lavé y arreglé un poco
lo deposité en una vasija
y lo enterré en el rincón de una cueva
para que sobreviva al tiempo,
en él escribí los días que vendrán,
los que se fueron,
te lo digo de poeta apócrifo a poeta del blues:
Gracias por el sendero de huellas imborrables.
Posdata tedoseana:
Soñé contigo, hace ya algunos días:
reías, platicabas, te veías radiante,
iluminada.
Yo presumí en silencio
el negro y y largo
de tu cabello a nuestros convidados.
Luego todo comenzó a borrarse,
las cosas, las personas, nuestro lugar,
los recuerdos,
pero vos no me soltaste el brazo,
no te fuiste.