Llegué temprano. Me dice Jorge: malas noticias, ¿ya leíste el correo de la jefa? no, le respondo. Me acerco. Leo. Murió la Mamá de Rosa Máría.
Nos quedamos en silencio. Jorge perdió a su papá hace un año, yo perdí un hermano hace seis meses. No hay mucho que decir.
Nos concentramos cada quien en lo que le corresponde. Saludo a los compañeros que van llegando. Me pierdo en los pasillos de la memoria, intento visualizar a mi hermano: lo veo con su playera del Cruz Azul, gritando, haciendo desmadre, jugando soccer. Lo recuerdo revisando computadoras, escuchando música, manejando, driblando carros Quiero pedir por el alma de todos mis muertos, pero el radio, el celular y los correos me distraen como a un perro que mira la sombra de una nube que avanza por el piso.