Cuando la fe está a prueba. Cuando no tienes fuerzas y sientes ese vacío, ese hueco entre el pecho y estómago. Recuerda lo que te enseñaron. Recuerda lo que has leído. Nada está fuera de control. Siempre hay un órden perfecto aún en estos momentos. El tiene el control. A él entrégale tu dolor.
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